
Cada mañana, desde hace ya muchos años, amanezco con la misma rutina: me levanto, bebo algo de agua para rehidratar el sistema, extiendo el zabutón sobre la alfombra, coloco el zafú sobre el mismo y me dispongo a meditar durante treinta minutos.
Innegociables.
Esos treinta minutos no tienen discusión ni alternativa posibles. Han de estar, han de ser y han de producirse sin cuestionamiento. Es el único modo de ir desplazando el campo base de la consciencia hacia cotas más altas.
Durante un par de años me propuse llevar un paso más allá esta rutina. Me comprometí a reflexionar y dejar por escrito estas reflexiones según terminara mi meditación. En ocasiones las reflexiones nacían de la misma meditación, otras veces de asuntos que me inquietaban y en otros momentos me llegaban destellos de no sé donde. En todos ellos me limitaba a tomar nota y observar.
Y así nace «Misión amarte»: mi diario de viaje sin destino durante dos años. O quizá, ahora sí, haya aparecido su destino: tú.
«Se cree la flauta dueña de su melodía; se compara ella con el clarinete, el trombón y el saxofón, pero ignoran todos que es el aliento que los anima el que otorga el sentido último a su función.
No hay pues separación. Solo aliento sosteniendo las melodías.»Extracto de “Misión amarte”
Como verás hay muchas de estas notas que no atienden al uso de la razón o no podemos desentrañarlas mediante nuestro pensamiento cartesiano. En mi caso me limito a utilizarlas como ideas semilla: las leo, las reposo y puntualmente las riego con nuevas lecturas a la espera de ver nacer los primeros brotes de nueva consciencia.
Es entonces, cuando menos lo espero, que surgen las primeras señales de sentido de aquellas palabras aparentemente incomprensibles en su primer estadio.
En fin… no quiero anticipar acontecimientos por si decides desde aquí que comience tu misión.
Solo me queda aprovechar estas líneas para animarte a escoger este billete sideral en forma de libro y de misión.
Si así lo decides, esta aventura te llenará de dudas, agitará tu pensamiento, te inquietará y zarandeará mentalmente para que de todo ello surja una renovada consciencia y un nuevo campo base desde donde las vistas sean más bellas e impresionantes. Para que al final del viaje, si ha de quedar algo, que sea tu absoluto convencimiento de amarte.
«En las rutas de lo quemado y lo prohibido, donde las sendas de las creencias se encuentran con el vallado del sistema, allende las fronteras de la tradición y donde reina el miedo a lo desconocido… es allí donde nace el encuentro, donde se responde la pregunta y la respuesta encarna, donde el grial espera tus labios sedientos de verdad, de otra verdad»
Extracto de “Misión amarte”
“Misión Amarte”
Diario de reflexiones de un domador de cerebros.